En 2019, antes de la pandemia de COVID-19, el Instituto ya se había embarcado en un proyecto para la digitalización de la enseñanza para todos los alumnos en las dos escuelas secundarias de primer nivel. Este proyecto incluía el suministro de un ordenador en préstamo a todos los estudiantes y también la provisión de los libros digitales necesarios, además de los ejemplares físicos.

Pero, si bien puede decirse que la digitalización de la enseñanza se ha logrado en lo que respecta a los "alumnos", con la adquisición de dispositivos y libros, hacer que la propia escuela esté preparada para la digitalización ha sido más complejo: el Instituto estaba equipado, de hecho, con una infraestructura de red anticuada que solo permitía la conexión a la red inalámbrica, y por tanto a Internet, de unos pocos dispositivos simultáneamente, por ejemplo 1 PC por clase. Esta red no podía hacer frente a cargas mayores, lo que no es la situación ideal para la digitalización de la enseñanza.

Por ello, el Instituto pidió a D-Link que revisara los puntos de acceso y una serie de switches existentes y los sustituyera por modelos de mayor rendimiento que también fueran estables, fiables y, sobre todo, fáciles de gestionar.